Alonso Nuñez, Mario Molina y Javier Prado presentan la exposición de caricatura y humor político "No vale picarse", están todos cordialmente invitados los amigos, colegas y todo el que desee acompañarnos esta noche, a partir de las 8pm.
PREPARÁNDONOS PARA UNA RUIDOSA TEMPORADA ELECTORAL, TRES AFILADAS PLUMAS DE ESTA CASA EDITORA NOS PERMITEN ADVERTIR EL LADO HUMORÍSTICO DEL PODER Y SUS ACTORES
Siempre el humor político ha sido cosa seria. Su objetivo no es desatar la carcajada, sino aportar a la reflexión dejando una sonrisa en el proceso. Verdadero catalizador de expresiones de resistencia social, el humor político es una de las mayores expresiones de la libertad, y entre ellas, la de prensa. Una libertad ventilada en la muestra “No vale picarse”, que reúne los trabajos publicados en El Comercio de sus artistas Alonso Núñez, Mario Molina y Javier Prado, que esta noche se inaugura en la sala Luis Miró Quesada Garland de la Municipalidad de Miraflores.LA REFLEXIÓN Y EL ALIVIO¿Qué nos hace reír de la política? Las respuestas de los tres caricaturistas de esta casa editora son diversas pero igualmente atinadas. Según Molina, el humor está en las contradicciones, “en el enfrentamiento entre lo que el político dice y lo que realmente hace”. Y seguidamente explica: “Hay un tipo de lector que siempre le pedirá un chiste al dibujante. Sin embargo, mi intención no es provocar la carcajada. Busco más bien una reflexión, una sugerencia que, unida a la sonrisa, te ayude a ver las cosas con más claridad”.En forma parecida piensa su colega Javier Prado, para quien el humor se genera cuando se quiebra la formalidad del poder. “La labor social del dibujante es bajar al político del pedestal donde cree estar al haber sido elegido para un cargo por cinco años”, señala.Para Alonso Núñez, el humor aparece cuando revelamos a los políticos más allá del personaje que desempeñan frente la platea pública. “De repente, en un descuido, se les escapa un gesto que los revela, y eso es lo que yo busco”, confiesa. “El humor nace cuando somos capaces de darle la vuelta a la política para verla desde otro punto de vista. Al tomar distancia, el humor nos alivia la angustia de vivir en medio de tanta corrupción, entre tanta barbaridad”, advierte el artista.
De niños, todos queremos ser astronautas, bomberos o futbolistas. Nadie sueña con ser humorista político. Excepto Mario Molina, Alonso Núñez y Javier Prado. Molina recuerda su infancia escolar en el Franco-Peruano, obsesionado con las lecturas de los cómics de Ásterix o Tintin. Alonso publicó en El Comercio a mediados de la década del 50 su primera tira cómica, mientras que, muy temprano, Javier Prado quería ser creador de dibujos animados. Hoy, estos tres artistas siguen siendo los niños del cuento del “Rey desnudo” de Hans Christian Andersen: Como la criatura del final de la historia, ellos nos revelan la desnudez de un poder envanecido y frívolo.
Aunque parece fácil, un personaje complicado para dibujar es Alejandro Toledo. Tiene tantos ángulos de donde agarrarlo que hace difícil su caricaturaMARIO MOLINAAlonso Núñez siempre señala a la revista “Monos y Monadas”, editada en los años de la dictadura militar, como su alma máter. “Antonio Cisneros vio mi trabajo y me dejó entrar al grupo —recuerda—. Allí empezó mi trabajo de humor político. Aprendí que el humor es un mecanismo de defensa, un instrumento para salir de la angustia y el miedo”.El humor de Alonso es silencioso, sin texto. Lo que no dice en palabras lo plasma en el rostro de sus personajes aprovechando el lenguaje del gesto. “Mis caricaturas no son hiperrealistas gratuitamente. Lo son para aprovechar cada reacción que permita decir más del personaje”, dice.Por su parte, después de una larga temporada como ilustrador en la revista “Caretas”, Molina se dedica por completo al humor político desde 1991, cuando sus caricaturas aparecieron en la página editorial del diario “Gestión”. Desde entonces, su disciplina es la misma: revisar los temas del día y centrarse en aquel que le dicta su olfato buscando entonces todas sus aristas y posibilidades humorísticas.
Yo siempre he tratado de escapar del humor político más coyuntural. Por eso en lugar de retratar determinada situación política, prefiero buscar al actor políticoALONSO NÚÑEZJavier Prado se inicia dentro del estupendo equipo de humoristas gráficos convocados por el diario “Página Libre” allá por 1991. Luego pasó a “Monos y Monadas” de Nicolás Yerovi en los noventa. Desde el 2000 dibuja en las páginas de nuestra sección Política traduciendo —como él señala— lo que dice su editor y lo que habla la calle.Molina intenta en sus dibujos ir más allá de la coyuntura. “Trato de hacer un humor sobre las situaciones más que sobre los personajes”, explica. Alonso complementa: “Yo siempre he tratado de escapar de lo coyuntural, por eso en lugar de retratar la situación política, busco al actor político”.
Confieso que yo no soy gracioso en mi trabajo. Lo que trato es de convocar al lector para que me acompañe en los temas que a todos nos indignanJAVIER PRADO
MÁS INFORMACIÓNInauguración: Hoy, 8:00 p.m. lugar: Sala Luis Miró Quesada Garland, Municipalidad de Miraflores. temporada: Hasta el 16 de mayo.
PREPARÁNDONOS PARA UNA RUIDOSA TEMPORADA ELECTORAL, TRES AFILADAS PLUMAS DE ESTA CASA EDITORA NOS PERMITEN ADVERTIR EL LADO HUMORÍSTICO DEL PODER Y SUS ACTORES
Siempre el humor político ha sido cosa seria. Su objetivo no es desatar la carcajada, sino aportar a la reflexión dejando una sonrisa en el proceso. Verdadero catalizador de expresiones de resistencia social, el humor político es una de las mayores expresiones de la libertad, y entre ellas, la de prensa. Una libertad ventilada en la muestra “No vale picarse”, que reúne los trabajos publicados en El Comercio de sus artistas Alonso Núñez, Mario Molina y Javier Prado, que esta noche se inaugura en la sala Luis Miró Quesada Garland de la Municipalidad de Miraflores.LA REFLEXIÓN Y EL ALIVIO¿Qué nos hace reír de la política? Las respuestas de los tres caricaturistas de esta casa editora son diversas pero igualmente atinadas. Según Molina, el humor está en las contradicciones, “en el enfrentamiento entre lo que el político dice y lo que realmente hace”. Y seguidamente explica: “Hay un tipo de lector que siempre le pedirá un chiste al dibujante. Sin embargo, mi intención no es provocar la carcajada. Busco más bien una reflexión, una sugerencia que, unida a la sonrisa, te ayude a ver las cosas con más claridad”.En forma parecida piensa su colega Javier Prado, para quien el humor se genera cuando se quiebra la formalidad del poder. “La labor social del dibujante es bajar al político del pedestal donde cree estar al haber sido elegido para un cargo por cinco años”, señala.Para Alonso Núñez, el humor aparece cuando revelamos a los políticos más allá del personaje que desempeñan frente la platea pública. “De repente, en un descuido, se les escapa un gesto que los revela, y eso es lo que yo busco”, confiesa. “El humor nace cuando somos capaces de darle la vuelta a la política para verla desde otro punto de vista. Al tomar distancia, el humor nos alivia la angustia de vivir en medio de tanta corrupción, entre tanta barbaridad”, advierte el artista.
De niños, todos queremos ser astronautas, bomberos o futbolistas. Nadie sueña con ser humorista político. Excepto Mario Molina, Alonso Núñez y Javier Prado. Molina recuerda su infancia escolar en el Franco-Peruano, obsesionado con las lecturas de los cómics de Ásterix o Tintin. Alonso publicó en El Comercio a mediados de la década del 50 su primera tira cómica, mientras que, muy temprano, Javier Prado quería ser creador de dibujos animados. Hoy, estos tres artistas siguen siendo los niños del cuento del “Rey desnudo” de Hans Christian Andersen: Como la criatura del final de la historia, ellos nos revelan la desnudez de un poder envanecido y frívolo.
Aunque parece fácil, un personaje complicado para dibujar es Alejandro Toledo. Tiene tantos ángulos de donde agarrarlo que hace difícil su caricaturaMARIO MOLINAAlonso Núñez siempre señala a la revista “Monos y Monadas”, editada en los años de la dictadura militar, como su alma máter. “Antonio Cisneros vio mi trabajo y me dejó entrar al grupo —recuerda—. Allí empezó mi trabajo de humor político. Aprendí que el humor es un mecanismo de defensa, un instrumento para salir de la angustia y el miedo”.El humor de Alonso es silencioso, sin texto. Lo que no dice en palabras lo plasma en el rostro de sus personajes aprovechando el lenguaje del gesto. “Mis caricaturas no son hiperrealistas gratuitamente. Lo son para aprovechar cada reacción que permita decir más del personaje”, dice.Por su parte, después de una larga temporada como ilustrador en la revista “Caretas”, Molina se dedica por completo al humor político desde 1991, cuando sus caricaturas aparecieron en la página editorial del diario “Gestión”. Desde entonces, su disciplina es la misma: revisar los temas del día y centrarse en aquel que le dicta su olfato buscando entonces todas sus aristas y posibilidades humorísticas.
Yo siempre he tratado de escapar del humor político más coyuntural. Por eso en lugar de retratar determinada situación política, prefiero buscar al actor políticoALONSO NÚÑEZJavier Prado se inicia dentro del estupendo equipo de humoristas gráficos convocados por el diario “Página Libre” allá por 1991. Luego pasó a “Monos y Monadas” de Nicolás Yerovi en los noventa. Desde el 2000 dibuja en las páginas de nuestra sección Política traduciendo —como él señala— lo que dice su editor y lo que habla la calle.Molina intenta en sus dibujos ir más allá de la coyuntura. “Trato de hacer un humor sobre las situaciones más que sobre los personajes”, explica. Alonso complementa: “Yo siempre he tratado de escapar de lo coyuntural, por eso en lugar de retratar la situación política, busco al actor político”.
Confieso que yo no soy gracioso en mi trabajo. Lo que trato es de convocar al lector para que me acompañe en los temas que a todos nos indignanJAVIER PRADO
MÁS INFORMACIÓNInauguración: Hoy, 8:00 p.m. lugar: Sala Luis Miró Quesada Garland, Municipalidad de Miraflores. temporada: Hasta el 16 de mayo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario