viernes, 10 de julio de 2009

Cuatro maestros colombianos de la fisonomía cartográfica


Les comparto el articulo publicado en el Magazine, Salmón del Diario La Patria de Manizales:
Cuatro maestros colombianos de la fisonomía cartográfica Expondrán en la 22 Feria Internacional del Libro de Bogotá. Caricatura es la exageración de una acción, una situación, con la intención de producir reacciones humorísticas en otro.
Lo gráfico no es la única forma de hacer caricatura. Calarcá, Turcios, O’Cuellar y Elena Ospina. Arte. Carlos Alberto Villegas* - Papel Salmón
Cuatro grandes artistas colombianos se han asociado para realizar una exposición que tiene como propósito rastrear el rostro humano glosándolo desde la caricatura gráfica. Una aventura que iniciará su itinerancia en la Feria Internacional del Libro de Bogotá 2009 , y tiene exposición asegurada en la Fabrica del Humor en 2010 (Alcalá de Henares – España), gracias al auspicio del Departamento de Humor Gráfico de la Fundación General de la Universidad Alcalá de Henares.
Subrayo que son artistas a todo título, tanto porque viven en y para el arte, como por las trayectorias de los cuatro asociados que ostentan, entre sus galardones, premios y reconocimientos en Colombia y en el exterior. Además, la voluntad de ruptura que anima esta exposición y la calidad de sus obras, deja sin argumentos a quienes sostienen que la caricatura gráfica ( caricatografía ) es un arte menor cuyos resultados sólo responden a las exigencias utilitarias de los medios impresos.
Caricatura gráfica y literaria
Desde un nuevo paradigma de comprensión, hemos planteado que la caricatura es, en esencia, la exageración de un fenómeno, una acción, un movimiento, una situación, con la intención de producir reacciones humorísticas en otro, a través de cualquier tipo de medio: oral, escrito, gráfico, tridimensional, audiovisual. El término caricatura proviene etimológicamente del italiano caricare : recargar, exagerar.
Así mismo, hemos afirmado que lo gráfico no es la única forma de hacer caricatura. A quienes se niegan a reconocer que existen otras formas de caricatura, diferente a la gráfica, debería bastarles repasar las siguientes líneas:
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Érase un hombre a una nariz pegado,
érase una nariz superlativa,
érase una nariz sayón y escriba,
érase un peje espada muy barbado.
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Era un reloj de sol mal encarado,
érase una alquitara pensativa,
érase un elefante boca arriba,
era Ovidio Nasón más narizado.
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Érase un espolón de una galera,
érase una pirámide de Egipto,
las doce Tribus de narices era.
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Érase un naricísimo infinito,
muchísimo nariz, nariz tan fiera
que en la cara de Anás fuera delito.
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Es el soneto A una nariz , de don Francisco de Quevedo Santibáñez y Villegas. Versos ya legendarios en los que se puede apreciar cómo ejercitaba su particular forma de enjuiciar la realidad y su comprensión de la esencia humana, en especial la de Luis de Góngora y Argote, a quien cargaba ojeriza y tenacía .
En ellos, el inmemorial Señor de la Torre de Abad , nacido en 1580 y muerto en 1645, demuestra que era un artista, un fisonomista, un caricaturista que encontraba en el rostro humano un territorio para la creatividad jocosa; sólo que, para encodificar su mirada de lo cómico (las gesticulaciones del otro significante ), utilizó la palabra escrita, la literatura.
La caricalomía
El diccionario de la Real Academia Española -RAE- registra dos acepciones de fisonomía: (1) Aspecto particular del rostro de una persona y (2) aspecto exterior de las cosas . Unos pocos ejemplos bastarán para constatar que el autor de La vida del Buscón es también un trabajador de la fisonomía.
Quevedo ejercía, entonces, una forma especial de caricatura: la caricatura escrita, la caricalomía ( caricare : recargar, calamus : pluma). Como genial maestro de este singular oficio, el poeta cojuelo sabía también que para capturar la esencia del alma humana y procurar la risa en el lector, es preciso recargar ( caricare) tanto las formas que la naturaleza dibuja en el rostro y en el cuerpo humano, como en los contextos en que esas formas se mueven:
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Supo que había en Segovia un licenciado cabra…
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Él era un clérigo cerbatana, largo sólo en el taller, de cabeza pequeña, pelo bermejo. No hay más que decir para quien sabe el refrán, ni gato ni perro de aquella color…
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Los ojos avecindados en el cogote que parecía que miraba por cuévanos, tan hundidos y oscuros, que era buen sitio el suyo para tienda de mercaderes…
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Las barbas descoloridas de miedo de la boca vecina, que, de pura hambre, parecía que amenazaban a comérselas…
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Los dientes le faltaban no sé cuántos y pienso que por holgazanes y vagamundos se los habían desterrado…
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El gaznate largo como un avestruz, con una nuez tan salida, que parecía que se iba a buscar de comer forzada de la necesidad, los brazos secos, las manos como un manojo de sarmientos cada una…
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Traía un bonete de los días de sol, ratonado con mil gateras, y guarniciones de grasa; era cosa que fue de paño, con los fondos de caspa.
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La sotana, según decían algunos, era milagrosa, porque no se sabía de qué color era…
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Cada zapato podría ser tumba de filisteo. Pues ¿su aposento? aun araña no había en él; conjuraba los ratones, de miedo que no le royesen algunos mendrugos que guardaba; la cama tenía en el suelo; y dormía siempre de un lado por no gastar sabanas; al fin, era archipobre y protomiseria.
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Por ello, es conceptualmente lícito afirmar, ahora, que los cuatro maestros colombianos ejercen la fisonomía caricatográfica . Un arte que -a diferencia del retrato artístico, esa otra forma e intención de la fisonomía gráfica- no busca únicamente reproducir el aspecto singular de un rostro, sino que lo aborda acentuando sus gesticulaciones, recargándolo, caricaturizándole, con la voluntad en acción de producir reacciones humorísticas en quienes aprecian la obra.
Características
En cualquier tipo de caricatura (gráfica, escrita, oral, tridimensional, audiovisual) la fisonomía presenta cuatro notas características:
- Exageración , entendida como la capacidad que tiene el autor de recargar al extremo una forma o una situación sin perder el referente de lo caricaturizado. Ley de la forma la llama Bergsón en su magistral tratado “La rire”.
- Caracterización o la capacidad para traducir en rasgos definibles la personalidad de un sujeto.
- Síntesis , entendida como la máxima información que se puede brindar al lector o al espectador con el menor número de elementos posibles.
- Diseño o a la capacidad para componer formal y estéticamente diversos elementos del rostro caricaturizado. Y no se llame a engaño quien crea que el diseño solo pertenece al ámbito de lo gráfico. Hay diseño en la arquitectura, en la tecnología, en el arte, en la cocina. En toda actividad humana, estéticamente abordada, hay creatividad y diseño. Mucho antes de que se hiciera conciencia de éste, la literatura había establecido el diseño en las figuras retóricas: Paranomasia, anáfora, anadiplosis, epanadiplosis, antanclasis, rimas, aliteraciones, tropos; muestras de un abanico de posibilidades para disponer las palabras con estilo, gracia y agudeza.
Valga acotar grosso modo que aunque las cuatro notas características de la fisonomía caricatográfica se encuentren en cada uno de los trabajos, en ellos, por lo general, predomina una nota que favorece la categorización y el análisis. En la exposición que nos ocupa es posible afirmar, por ejemplo, que en el conjunto de la obra presentada, la exageración es la nota que predomina en los abordajes de Turcios , la caracterización es el predominio de las obras de O´Cuellar , el diseño es la nota predominante en las obras expuestas por Elena y la síntesis la intención fundamental en los trabajos expuestos en esta oportunidad por Calarcá .
En honor a Jaime Garzón
Sin embargo, para matizar, interpretar y valorar más allá del contexto del predominio, es necesario detallar a estos rastreadores de rostros. Y dado, que cada uno tiene peso específico en el arte de la caricatografía colombiana, revisaremos brevemente su vida y obra en el orden de predominio arriba establecido lo largo de cuatro nuevas entregas. Por el momento, apreciemos una buena parte de la muestra de estos artistas colombianos que con esta exposición le rinden un tributo al más grande de los caricaturistas colombianos de todos los tiempos, Jaime Garzón. Y atención que escribimos caricaturista, y no humorista, un término que demanda una discusión profunda desde la academia y desde el mundo de la vida cotidiana.
*Artista, escritor y gestor cultural.

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