RASTREANDO LA CARICATURA AUDIOVISUAL (CARICATUMEDIA)
Hace una década –y el pasado 13 de agosto de 2009 se cumplió la fecha fatídica–, Colombia perdió a uno de los más grandes caricaturistas de todos los tiempos, sin que aún se conozca, realmente, como en todos los magnicidios de nuestro país, los verdaderos responsables de su muerte.Y subrayo que era un caricaturista porque ya demostramos que la palabra caricatura proviene originalmente del italiano caricare, cuyas acepciones son recargar, exagerar. Razón por la cual, en el idioma de Dante, Caricato posee como sinónimos las expresiones pesante, accessivo, esagerato, esasperato, esmaccato, teatrale, affectato, artificioso, forzato, leziooso, maneriato, todas ellas relacionadas de alguna manera con lo recargado, lo exagerado, lo cómico, la caricatura e igualmente relacionadas con el ser y el quehacer de Jaime Garzón.Mientras que, reapropiando la misma raíz etimológica, en el idioma de Cervantes caricato posee como acepciones principales la de bajo cantante de ópera que hace los papeles de bufo, pero también, actor cómico especializado en la imitación de personajes conocidos; o es reseñado como un americanismo (RAE) que se traduce como caricatura; con las múltiples acepciones que en hispañol[1] posee este polémico término.La caricatura será entendida, entonces, desde un nuevo paradigma de comprensión, como la objetivación de una voluntad en acción de quien –desde una particular forma de enjuiciar la realidad–, recarga, sintetiza, caracteriza, recompone o exagera una forma, un movimiento o una situación con el propósito de producir reacciones humorísticas en otro significante. Y el caricaturista será aquella persona que, a través de complejos fenómenos intelectuales y emotivos y por distintos medios, propicia el encuentro de sus receptores con diversas fuentes de placer cuando acentúa las gesticulaciones sociales o revela las intenciones de aquellos quienes amenazan valores considerados universalmente válidos, favoreciendo la catarsis y el control social.Y así como fue posible hablar de caricatura escrita (caricalomía) al referirnos a la obra del genial caricaturista Francisco Quevedo Santibáñez y Villegas, vamos a acercarnos a la caricatura audiovisual (caricatumedia) y sus especiales condiciones de producción a través del homenaje que cuatro de los grandes fisonomistas de Colombia le tributan a Jaime Garzón en la exposición Rastreando Rostros Desde el diseño conceptual como nota característica predominante de su propuesta en esta exposición, Elena Ospina nos entrega un Jaime Garzón en el que se acerca al chiste caricatográfico al abrir un compás narrativo. Y aunque el diseño conceptual predomine, también se puede apreciar la síntesis en los elementos eliminados, incluido el rostro que debería sustentar la fisonomía de Garzón. La exageración de la forma como otra de las notas esenciales de la fisonomía caricatográfica se aprecia en los labios y en la dentadura desordenada que caracterizaron al caricaturista homenajeado.Interesante en esta narración grafica de Elena, tanto el movimiento como el juego de planos y la triplicación del pato que fuera símbolo de programa Quac, El Noticero. Formato televisivo heredado, depurado y mejorado, del provocativo “Zoociedad”, con los que nos hizo carcajear y nos ayudo a releer la realidad política colombiana.En nuestra lectura, esta clonación no es adjetiva en Elena y subraya la necesaria complicidad en el equipo de producción de la caricatura audiovisual.

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Carlos Alberto Villegas Uribe
Madrid, agosto de 2009.
Ensayo publicado en la revista Salmón del Diario La Patria de Manizales (Colombia), Revista Artefacto de Perú, Blog Humorgrafe, portugal , Blog Madridmas, España y Revista Latinoamericana de Estudios sobre la Historieta, Cuba, pero enriquecido con las posibilidades del lenguaje propio del blog, para esta publicación (2010) en REIR -Red de Estudios Iberoamericanos Sobre la Risa-
[1] [1] Hemos propuesto la denominación Hispañol para ese lenguaje extenso que, más allá del castellano, integra todas las raíces y expresiones que configuran los territorios hispano e iberoamericanos, a los que no les alcanza sólo la denominación del Español; porque es grande el raudal de términos que le aportó y le sigue aportando América en idiomas como el Quechua, el Aymara, el Guaraní o el Maya; lenguas además vigentes en muchos territorios de América Latina. Así como la presencia y los aportes recibidos desde el Catalán, el Gallego o el Portugués. E incluso desde la configuración de jergas como el Lunfardo, que no son reconocidas por la concepción monárquica que establece la Real Academia en procesos burocráticos que no dan cuenta de una lengua histórica, viva, integradora e incluyente.
Madrid, agosto de 2009.
Ensayo publicado en la revista Salmón del Diario La Patria de Manizales (Colombia), Revista Artefacto de Perú, Blog Humorgrafe, portugal , Blog Madridmas, España y Revista Latinoamericana de Estudios sobre la Historieta, Cuba, pero enriquecido con las posibilidades del lenguaje propio del blog, para esta publicación (2010) en REIR -Red de Estudios Iberoamericanos Sobre la Risa-
[1] [1] Hemos propuesto la denominación Hispañol para ese lenguaje extenso que, más allá del castellano, integra todas las raíces y expresiones que configuran los territorios hispano e iberoamericanos, a los que no les alcanza sólo la denominación del Español; porque es grande el raudal de términos que le aportó y le sigue aportando América en idiomas como el Quechua, el Aymara, el Guaraní o el Maya; lenguas además vigentes en muchos territorios de América Latina. Así como la presencia y los aportes recibidos desde el Catalán, el Gallego o el Portugués. E incluso desde la configuración de jergas como el Lunfardo, que no son reconocidas por la concepción monárquica que establece la Real Academia en procesos burocráticos que no dan cuenta de una lengua histórica, viva, integradora e incluyente.
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